Amarula en mano, sin pucho ya. Lo dejé. Ahora me atraco con otras cosas. Pensamientos, por ejemplo.

Y mejor largar... mejor dejarlos salir... mejor evitar exceso de pensamientos. De pensar boludeces, por sobre todo. De pensar, bah.

Mi Diario Intimamente Publico.

Sos testigo de mi raye. Si lo creés necesario, sugerime un psiquiatra, que no me ofendo. Vamos viendo.


sábado

En el contexto de Eliana: La Moderna de Eugenia

Eugenia es una mujer abierta, fresca, un tanto misteriosa, independiente, culta, sumamente comunicativa, y con ambiciones de dar con el compañero ideal.
Al igual que Carmina, que Rosaura y que Eliana, aún no había dado con el hombre que le moviese la estantería, como dicen las madres, a modo de consuelo tras una nueva decepción amorosa.
Lo cierto es que Euge andaba rumbeando por el mundo del amor cibernético hacía ya bastante tiempo.
Con una agenda colmada de encuentros breves y esperanzados, se paseaba por el mundo de las citas a ciegas, eliminando de su mente el miedo a lo desconocido, y aumentando su ego personal cada vez que le contaba a sus desafortunadas amigas, que el viernes saldría con Martín, el sábado almorzaría con Sebastian, por la noche ése mismo día conocería a Esteban, y el domingo lo utilizaría para analizar cual de los tres podría llegar a ser El Hombre.
Funestamente, el domingo, luego de hacer su balance, se daría cuenta de que ninguno de los tres colman sus perspectivas, y así, el lunes, desde su oficina ubicada en el barrio de Almagro, se lanzaría a la nueva selección de posibles amores para el fin de semana.
Ni Carmina, ni Rosaura ni Eliana estaban muy tranquilas con el modus operandi de Eugenia. Lo creían arriesgado, trabajoso, de un presupuesto elevado -ya que cada cita requería una preparación onerosa- y por sobre todo, ficticio.
Consideraban que aquellas personas que su inquieta amiga podría llegar a conocer por ese mundo binario, demostrarían sólo facetas demasiado rosas, y que Euge otra vez, tras la primer veta de gris, volvería al desánimo y al desencanto que deja el regreso a la realidad.
Ni Esteban, ni Martín ni Sebastián cumplirían la lista de requerimientos de Eugenia. Sin embargo ella mantenía la convicción de que entre todos los “Perfiles” que abundan en el mundo del ciber amor, estaba su hombre, ése que la colmaría de besos soft, y que la abrazaría con sus brazos hard, y que la mantendría por siempre cerca, como la Santa Globalización reza.

Y ustedes que dicen que no hay hombres - comentaba ella- están equivocadas, porque si se fijan bien, todos los días se dan de alta muchos nuevos “Perfiles”.

2 comentarios:

Pablo Vargas dijo...

Amiga me gusta esta historia, sobre todo la forma que has ido entrelazando los hilos argumentales de las anteriores...

Sobre el tema, yo no creo en los amores ciberneticos, será que soy un atrasado tecnologico, pero me resulta ilusorio que alguien pueda enamorarse del lado rosa de una persona, sin ver realmente los tonos grices que hay en su interior... si de cerquita, conociendose, cuesta, de lejos y por computadora, ni hablemos...

Un abrazo amiga, buen tema, buen post, enorme abrazo!

carmeloti dijo...

Encontrar un amor por internet es un ideal tan romántico, como caótico, es muy divertida esta entrada...