Es recurrente en las personas la acción de observar alrededor y verificar que su situación no es la peor, sino que hay otras, que son mucho más graves, y así, encuentran consuelo en desgracias ajenas.
Eliana, como ya hemos dicho, era incansablemente observadora. Y si bien sus seis años al lado de él, habían tenido sus cosas buenas, en la balanza pesaban más las malas. No por violentas, o catastróficas, simplemente eran malas. Vacías y malas.
Sin embargo, sabía que ese tiempo no era tiempo perdido, sino cosecha de experiencias para, de ahora en adelante, reconocer lo que quiere y lo que no.
En su trabajo de campo, y en su búsqueda de consuelo por no saberse la más desdichada, reparó en Carmina. Una chica de pueblo, de su misma edad, ambiciosa, bonita, inteligente, transparente, curtidísima…
Carmina vivó enamorada toda su vida. Enamorada de él, y de aquél, y del otro. De a uno a la vez, pero siempre enamorada hasta las vísceras. Dejaba todo por amor, se olvidaba del mundo, se olvidaba de ella.
Y tuvo que enamorarse de él que la superaba en edad, en picardía, en experiencia, en vicios, en labia. Y claro que eso vende, y ella compró hasta las últimas consecuencias.
Nadie apañaba esa relación, y más enamorada estaba ella ante la negativa de su
familia.
Como por obra de un mago negro, en sus entrañas se instaló la descendencia de ambos. Cegada por la esperanza de una familia ideal, decidió unirse en sagrado matrimonio. Contra todo y contra todos, Carmina y Él, dieron el sí, ante Dios, ante la Justicia, ante ellos mismos, ante su futuro retoño que atestiguaba desde el interior de la damisela enamorada.
Cual novela centroamericana, y como obra del retorcido destino, Carmina recibió su primer cachetazo. En su mismísima noche de bodas, volvió a ser una. Sin esperarlo, imaginarlo, su retoño se retiró de la escena, dejándola a solas otra vez con el que ahora era su marido.
Las cosas pasan por algo. Si bien lamentó esa gran pérdida a su corta edad, y luego de jugar varias de sus fichas más preciadas, se dio cuenta de que el destino le había allanado el camino para poder soportar cualquier situación. Si superaba eso, superaba lo que sea.
Eliana había sido testigo ocular de los golpes de Carmina. Del matrimonio imprevisto y fugaz, porque no duró mucho luego de la pérdida. Del embarazo sorpresivo, breve, y doloroso. De la calaña que su amiga se había puesto al hombro, y de la cual supo deshacerse con estrategias pensadas y movimientos claves. De todas las lágrimas de sangre que había tragado….
Confirmaba su idea de que las propias adversidades no son nada, cuando se observa la desgracia ajena. De alguna manera se sentía obligada a no quejarse de su pasado, sabía que su desamor no era nada en comparación con el de Carmina.
Si bien sus historias eran distintas, ambas compartían algo: A fuerza de cayos en el alma, ahora sabían lo que querían, y lo que no.
6 comentarios:
Muy buen relato. La verdad aprendemos mucho de nuestras experiencias pero también de lo quele ocurre a otra persona. unque aquí en México, decimos que "nadie escarmienta en cabeza ajena" lo que significa que si bien vemos en otra personas errores, nosotros también los cometemos.
Saludos.
Te aplaudo de pie. K pedazo de texto mi querida amiga. Me has enganchado hasta el final, dejandome sin aliento y sin palabras. Me ha encantado como pocos. Tienes un gran talento. Cuidate preciosa, un abrazo!
pd. Tamos celebrando el día del niño, date la vuelta, te tengo una sorpresa ;)
http://pvargas17.blogspot.com/2009/09/porque-nunca-dejamos-de-ser-ninos-feliz.html
Feliz semana!
Carmina parece ser una persona que tiene muchisimo amor para dar y se merece lo mismo. Ojalá en algún momento encuentre a alguien que se lo quiera dar. Es una lástima que no lo haya conocido en otro momento...
Muy bueno el blog Carito
Saludos
Fulano
quedate tranquilo Fulano, que el destino se está encargando de darle a Carmina la felicidad que tanto se merece... ;)
Ojalá Carito
besos
Fulano
Que suerte quien sepa encajar las malas experiencias para las próximas, en mi caso mi inteligencia emocional está tan dañada que en la mayoria de las veces reaparecen fantasmas y el miedo me paraliza...
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