Tanto tiempo sin leernos.
Esta entrada viene bien visceral. Con Bajo Fondo de fondo (valgame la redundancia), vengo a repasar las cosas que escribí durante esos años de estar sola conmigo. Contando historias ajenas y no tanto, haciendo carne la desgracia ajena y festejando las buenas nuevas de los demás. Y de lo mío nada.
Y acá me encuentro, con casi 30 años. Me acuerdo cuándo leía el blog de La Capitana del Espacio, con su muchacho y sus 30 años. Su abuela, su laburo, sus cosas, y yo pensaba que que sería de mi a su edad. Y acá estoy. Otra vez escribiendo. Ella creo que se casó. Dejamos de escribir prácticamente a la vez. Capaz ahora tiene un blog de La Capitana de la Casa, o algo así. No se.
Yo ya no tengo gato (estoy rezando por un caniche toy para canalizar mis ganas de tener un ser humano de 2.5 kg), ya no fumo, ya no estoy tan gorda, aunque hace 6 kg que dejé de fumar.... ahora tengo novio. Ahora estoy recibida. Ahora trabajo de lo que me recibí. Soy Martillera. Si, ya sé, un momento de mierda, pero como todo, va a pasar. Es un momento, y cuándo todo ande bien me voy a llenar de guita, como corresponde a los martilleros honestos como soy yo.
Ahora viajé, me pelié, sigo viviendo sola, me independice de mis viejos, aunque hace más de seis años que me fui de su casa, no habia cortado el cordón. Ahora me compre un auto, que desde diciembre que lo compré, no anduvo una semana seguida bien. O sea,desde q lo tengo, no lo tengo. Vive en el mecánico, o tirado en el patio de la casa de mi novio, depende de sus ganas (de las de mi novio) de ocuparse de mi auto. Por que es mío pero se ocupa él porque obviamente, tambien superé esa cosa de la autosuficiencia, sino seguro que ya estaría andando en la calle, y yo con la tarjeta explotada porque algún mecánico garca me cobró $1000 cuándo sólo cambio un fusible Pero yo no se, se lo dejo en sus manos, y tengo que esperar. O venderlo. Y no quiero venderlo. Asi que espero cual Lady C. que soy.
Hoy estoy algo desvelada y tenía ganas de refrescar mi blog, que tanto bien me hace.
Acá estoy. Voy a volver a escribir. Este, que es como mi diario nada íntimo por cierto.
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